Hay 873.000 personas que ya no pueden acudir a una consulta médica tras haber perdido su tarjeta sanitaria.
Los recortes y copagos no sólo perjudican a los inmigrantes: el 16% de los jubilados no puede completar su tratamiento farmacológico, según la Unión Democrática de Pensionistas.
“Algunos médicos de familia están atendiendo a pacientes que se interesan por la caducidad de las recetas para calcular el tiempo que les queda para conseguir el dinero para abonarlas”.
Ya son 873.000 las personas que no pueden acudir a una consulta médica después de la anulación de su tarjeta sanitaria, a lo que se añade las complicaciones derivadas de la caótica aplicación del Real Decreto-Ley 16/2012 que desde hace un año excluye a los inmigrantes de la sanidad pública española. Además, las consecuencias derivadas de otros recortes sanitarios como el establecimiento del copago farmaceútico están debilitando el acceso a un tratamiento correcto de otros sectores de la sociedad.
El 16% de los jubilados no puede completar su tratamiento farmacológico, según la Unión Democrática de Pensionistas. Médicos del Mundo denuncia que cada vez más personas mayores piden ayuda para pagar sus medicamentos. Según explican desde la organización, la preocupación de algunas personas con bajos recursos llega hasta tal punto que “algunos médicos de familia están atendiendo a pacientes que se interesan por la caducidad de las recetas para calcular el tiempo que les queda para conseguir el dinero para abonarlas”.
Asimismo, González recuerda el nuevo recorte sanitario del que la opinión pública no tuvo información alguna hasta su publicación en el BOE la pasada semana: los enfermos de hepatitis C, artritis reumatoide o determinados tumores tendrán que desembolsar el 10% del coste del tratamiento hospitalario. “Esto afectará a pacientes con enfermedades crónicas que ya consumen otros medicamentos sometidos a copagos y que en muchos casos tienen ingresos reducidos”, advierte.
Un estudio de publicado recientemente por la revista PLOS Medicine, desvela que la introducción del copago de los medicamentos puede reducir el acceso a los cuidados necesarios y tener consecuencias negativas para la salud. Helena Legido-Qugley, una de las investigadoras del equipo encargado del estudio, explica cómo afecta esta medida en el caso de los enfermos de hipertensión. “La idea era descubrir qué aspectos de un sistema de salud pueden tener efectos en el tratamiento de esta enfermedad. La única evidencia clara resultante tenía que ver con el copago: a más copago, la hipertensión aumentaba, y la adherencia a la medicación bajaba“, asegura.
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