Son algunos de los insultos que
Carmen Armada, ex mujer del secretario de
Estado de Defensa, Pedro Argüelles, lanzó a dos guardias civiles que la multaron
en una rotonda de Galapagar (Madrid) el pasado 24 de abril. Una retahíla de
ofensas contra los agentes que acabó con la típica y soberbia frase:
«No sabéis
quien soy yo. Voy a llamar a mi marido, que es el secretario de Defensa y conoce
al ministro del Interior, y os vais a enterar».
Los improperios acabaron con el caso en los juzgados de Collado Villalba. El
pasado 3 de julio se celebró el juicio, en el que Armada ha sido condenada a
una
multa de 80 euros, aunque el fiscal pidió una sanción máxima de 500 euros. La
mujer no acudió a la vista y mandó un abogado en su nombre.
A los pocos días del suceso, Armada entregó en el cuartel una carta pidiendo
perdón a los agentes, aunque en la misiva afirmaba que se habían propasado con
ella.
Pese a lo que ella afirmó, la mujer no es la actual mujer del secretario de
Estado de Defensa. Estuvo casada con él, pero la relación entre ambos acabó hace
varios años.
Los hechos ocurrieron el pasado 24 de abril a mediodía. La conductora y única
ocupante del vehículo estaba detenida junto a una rotonda en la intersección de
la calle Eras y la carretera M-528, muy cerca del cuartel de Galapagar. Según el
relato de los guardias, el coche
«obstaculizaba el tráfico, ya que estaba parado
en un stop de la rotonda». El vehículo tenía las luces de emergencia y uno de
los agentes se acercó a la mujer, que estaba hablando con un teléfono móvil. El
agente le indicó que estaba dificultando el tráfico, a lo que ella respondió que
estaba perdida, que había quedado con unos amigos y no los encontraba.
A continuación, el guardia le dijo que se pusiera en un lugar en que no
molestase y también le indicó que no podía llevar un perro suelto dentro del
vehículo sin el habitáculo correspondiente, como era el caso.
La mujer, según describieron los guardias, reaccionó de forma muy agresiva y
comenzó a gritar:
«Venís a tocarme los cojones». De inmediato, la conductora
salió de la rotonda e invadió la intersección con una maniobra
antirreglamentaria. El vehículo estuvo a punto de colisionar con otros dos
coches y además atravesó una línea continua, a tenor de la declaración de uno de
los agentes.
El guardia se dirigió a la mujer, le dijo que aparcase el coche en un punto
donde no acarreara peligro y procedió a identificarla y a multarla por varias
infracciones de tráfico. Fue entonces cuando la mujer comenzó a insultar
gravemente, según describe uno de los funcionarios:
«Nos llamó capullos,
cretinos, matones y nos dijo que con razón ETA nos ponía bombas y que era normal
que la gente nos odiase».
El guardia le pidió la documentación y la conductora señaló que se le había
olvidado. El agente le pidió que al menos le dijera su nombre para comprobar por
la emisora si tenía todos los permisos en regla y el seguro.
«La mujer tenía un
apellido vasco y al decirle que me lo deletreara empezó a gritarnos que éramos
unos burros y unos analfabetos», declaró uno de los agentes.
«Ahora mismo voy a
llamar a Pedro, mi marido, que es el secretario de Defensa. Tenéis los días
contados», agregó la mujer en tono amenazante.
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