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viernes, 13 de septiembre de 2013

SILENCIOS Y MENTIRAS INFANTILES ¿CUANDO DEBERÍAMOS PREOCUPARNOS?

Los padres deben aceptar que el niño tenga secretos, sin dejar de estar atentos a las mentiras repetidas o a determinados silencios que pueden esconder sufrimiento.

Al principio los padres están acostumbrados a que su hijo les cuente todo, pero conforme pasa el tiempo el niño empieza a callar. Probablemente el cambio de actitud responda a la edad. “A partir de los 4 años el niño comprende que sus padres le esconden cosas y que, por tanto, él también puede disimular”, explica Castro. “En el plano psicológico, el crío se da cuenta de que sus padres no tienen manera de enterarse de lo que no dice”, agrega. En cambio, cuando es más pequeño cree que los padres saben todo lo que piensa. De manera que es normal que, pasada cierta edad, el hijo deje de contárselo todo a los padres. Éstos, a su vez, deben aceptar esta nueva realidad. “El derecho al secreto contribuye a la construcción de la identidad” informa la psicóloga. Ahora bien, hay silencios y mentiras que sí deben preocupar.Mentiras sanas, mentiras “raras”

“Debemos inquietarnos cuando el niño cambia de comportamiento, si ya no dice nada o si deja de reírse cuando los padres hacen bromas”, indica Castro. El problema puede abordarse de manera directa, con un ¿qué te pasa?, o de manera más sutil, recurriendo a frases como ¿estás triste?, ¿estás enfadado?.

"Mi niño miente"

“Cuando el niño comprende que puede callarse cosas, se da cuenta de que puede modificar la realidad”,, explica Dana Castro. “Mientras se trate de trabajar su imaginación, no es grave, ya que forma parte de su desarrollo interior”, indica. Vuestro hijo puede también optar por mentiras “normales”, es decir, utilitarias, de defensa... como el típico "Yo no he sido”, o de autovalorización, si esconde, por ejemplo, una mala nota.

“Las mentiras se vuelven problemáticas solamente si son sistemáticas”, indica la psicóloga, y agrega: “Para evitar la repetición de las mentiras defensivas, los padres no deben hacer de ellas un drama”.

Finalmente, existe una tercera categoría de mentiras, las que transgreden la regla con el fin de sacar algún partido. “Una sola mentira así, pasa, pero si los padres tienen la impresión de que el niño funciona de ese modo siempre, es posible que tenga un problema de comunicación con los demás”, informa Castro.

La importancia de respetar el mundo secreto del niño

“Los padres no tienen por qué saberlo todo sobre el niño, es terrible sentirse vigilado”, indica la experta. “Querer controlarlo todo sólo indica una falta de confianza en él, pues el mensaje que se transmite es sin tus padres no puedes arreglártelas, lo cual es nefasto para un niño que tiene necesidad de construirse. De manera general, cuando un niño tiene algo que decir, lo dice”, asegura la especialista.

En su opinión, son dos las claves para que la vida familiar transcurra de manera armoniosa: no entrar en pánico cuando se descubre que el niño ha mentido y aprender a confiar en él, porque sabe arreglárselas solo.


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