Durante la entrevista, Christensen no solo criticó el mecanismo común de supervisión bancaria, sino que también advirtió que el resultado de su aplicación podría ser similar al del euro, es decir, un fracaso.
El Banco Central Europeo, con sede en Fráncfort, será responsable de supervisar oficialmente más de 6.000 bancos de la eurozona a partir de octubre de 2014. La unión bancaria pretende ser el motor principal para la recuperación y la expansión de economía en Europa. Sin embargo, para el cofundador de Saxo Bank esta no es precisamente la receta ideal para el crecimiento económico.
En su opinión, "los bancos fuertes se debilitarán al apoyar a los bancos débiles". "No solo es muy poco inteligente, sino que también es antidemocrático, ya que, en esencia, es lo que la gente ya ha rechazado", subrayó.
Christensen sostiene que esta nueva unión bancaria sería como una extensión del experimento fallido del euro.
"No veremos ningún crecimiento en Europa hasta que no nos ocupemos de este problema. Grecia, Portugal y Alemania no pueden compartir la misma moneda, simplemente no funciona", afirmó Christensen.
Otra opción para sacar a flote el euro sería que Alemania optase por el abandono de la moneda única y que el resto de las naciones lucharan por salir de esta compleja situación, agregó.
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