Es el resultado de un año de campaña durante el que esta madre, que lleva a sus hijas a un colegio privado, ha llamado la atención de la Administración Pública sobre el hecho de que muchas familias no pueden comprar los libros y sus hijos llegan a las aulas con la mochila vacía sintiéndose en desventaja respecto de sus compañeros.
“No puede ser que porque la ley esté mal hecha, los niños tengan que pasar por eso. Bastante difícil es para los padres que el niño vaya de buen grado al colegio, como para que encima no quieran ir porque no tienen los libros y se sienten marginados”, ha señalado en declaraciones a Europa Press, para incidir en que este asunto “no puede solucionarse con caridad”.
En su opinión, “no tiene ningún sentido” el sistema imperante en España, máxime teniendo en cuenta que salvo Portugal e Irlanda, en el resto de Europa existen fórmulas alternativas más beneficiosas para las familias. La más extendida, explica, es la que entiende que los libros son propiedad del colegio: se cobra a la familia una pequeña fianza que recuperan al devolverlos en buen estado al final del curso.
“Si ha perdido alguno, lo abona y si no, o recibe el dinero o los libros del curso siguiente”, destaca Alfaro, quien recuerda que en Andalucía, muchos centros de País Vasco o Aragón tienen prácticas similares pero no hay ninguna normativa nacional que lo imponga, lo que genera además, diferencias entre los españoles en función del lugar en el que vivan.
Acudió, sin éxito también, a la Defensora del Pueblo y al Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, elaboró el corto de animación ‘Un libro para cinco’ con colaboraciones altruistas y redactó su propia propuesta de enmienda a la Ley de Presupuestos Generales del Estado para hacérsela llegar después a todos los grupos parlamentarios. Ahí, dio con la tecla. “Me recibió el diputado de UPyD Carlos Gorriarán y, tras perseguirla mucho, también la portavoz del PP en Educación, Sandra Moneo”, ha explicado.
La primera de las reuniones dio sus frutos y UPyD recogió la esencia de la petición de esta madre en una proposición no de ley que ingresó en la Cámara Baja el pasado mes de diciembre y que está aún pendiente de debate. “Los libros deberían ser como los pupitres, que el niño no tiene que comprarlo al principio de cada curso. El sistema actual no tiene ningún sentido y lo llevamos arrastrando desde el principio de la Democracia, pero llega un momento en que hay que decir basta, porque esto no puede ser”, reivindica.
Según una encuesta de la Organización de Consumidores Unidos (OCU) este año las familias tendrán que gastar unos 189 euros de media por hijo matriculado en un colegio público y 243 euros en el caso de uno concertado sólo en la adquisición de libros de texto.
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