La decisión no es tan generosa como parece, Erik piensa que "un tocino feliz es un tocino delicioso". De ahí que les ofrece este 'divertimento' hasta que los pase por el cuchillo.
Según cuenta, después de una visita inspiradora a un parque acuático, compró un viejo tobogán de la piscina y se lo instaló a sus cerdos. Entusiasmado con el resultado, quiere hacerlo extensivo a todo el ganado de su campo si bien aún no lo ha conversado con los animales. Pero bueno, su optimismo lo supera y hasta piensa llamar a este parque de diversiones "Old Fun-Time Emporium MacDonalds" asegurando que será más exitoso que Disney World.
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