Pájaros, delfines, leones marinos, gatos, caballos y, sobre todo, perros. Los animales son cada vez mejor opción para combatir enfermedades como el alzheimer y el autismo, así como el déficit de atención o como ayuda a enfermos mentales. También se usan en cárceles o educación especial.Hay pocos centros públicos que las ofrezcan. Uno es el CAP Bordeta-Magraners de Lleida, para mayores de 74 años. Y Sant Joan de Déu está planteándose cómo introducir estas terapias, vistos los buenos resultados. Un estudio que ultima el Hospital de Viladecans concluye que el 60% de ancianos que tiene animales domésticos en casa están más animados.
Fundaciones y residencias centran la mayor parte de centros que trabajan con animales con fines terapéuticos. Carol Sánchez (Residència Vallbona, de la Fundació Pere Mata, que recurre a animales de la Fundación Affinity, con 27 centros en Catalunya) trabaja cada semana con un grupo de mayores con demencias en estado avanzado: "Trabajan con un objetivo y eso les permite moverse. Algunos sólo expresan emociones o hablan con los animales", comenta.
"Esto no lo puede hacer cualquiera. Hay que objetivar las mejoras en los síntomas, la afectividad o las habilidades", indica la directora de rehabilitación psicosocial de Caemil, Rosa del Valle.
En caballos, más minoritarios, se trabaja, además de la autoestima, habilidades como el equilibrio del tronco y la cabeza gracias a los impulsos rítmicos, explican José Manuel del Amo y Núria Buira (Associació Paràlisi Cerebral de Tarragona). Las terapias con animales no están reguladas y aún no hay estudios homologados.
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