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lunes, 5 de agosto de 2013

FOBIA A LOS LUNES

Son personas que se encuentran muy demandadas en el ámbito laboral. Tienen cargos importantes y sufren presiones acordes a esos puestos. Pero también están los desempleados que luchan por incorporarse al mundo del trabajo, y también los que están en actividad y se sienten amenazados de perder el empleo. Muchos de estos hombres y mujeres tienen un denominador común: sufren de deuterofobia, que significa temor al lunes (“deustera” quiere decir lunes en griego)




Los síntomas que presentan estos individuos suelen aparecer el domingo a la noche. Los más usuales: pesadillas, dificultades para levantarse a la mañana, decaimiento y ansiedad sobre si van a recibir un reto o una valoración negativa al llegar al trabajo. También pueden padecer taquicardia, sudoración y otras somatizaciones como dolor de estómago y, en algunos casos, enfermedades crónicas. Según un estudio realizado en Argentina por la consultora Bayton, el 72% de las personas tiene mayor desgano los lunes. Y el día también figura al tope del ausentismo laboral.

“En los países más pobres, las jornadas laborales alcanzan proporciones de vasallaje medieval. Son largas, incluyen traslados en transporte público deficiente o francamente peligroso, hay precarización laboral, y además, tener trabajo no asegura cubrir las necesidades básicas familiares. Enfrentarse con un lunes en ese contexto alcanza entonces proporciones épicas”, explica la Adriana Yankelevich, supervisora del Servicio de Salud Mental del Hospital Tornú y Miembro de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires (APdeBA). Y advierte que el problema no se enmarca “sólo en la pobreza y la exclusión social: la precarización laboral y la falta de vínculos emocionales fuertes con el entorno laboral pueden darse en todas las clases sociales”.

En este sentido, Luis Hornstein, presidente de la Fundación de estudios Psicoanalíticos (FUNDEP) y Konex de platino por la trayectoria en psicoanálisis entre 1996 y 2006, agrega que “en las personas desocupadas, sub-ocupadas o aquellas que aceptan un trabajo cueste lo que cueste, estas variables se convierten en fuente de angustia o depresión. Pero por otro lado, los triunfadores buscan la gloria de modo implacable y corren peligro de ser consumidos por el burn-out (sentirse quemados mentalmente por el trabajo) o de recaer en un anonimato mediocre. Los perdedores tampoco la pasan muy bien, chapoteando en el charquito”.


Según la empresa Emergencias Sociedad Anónima, que realiza visitas médicas domiciliarias entre otras atenciones, los lunes reciben un 35% más de llamadas, en comparación con la media diaria. “También notamos un incremento los domingos con respecto al sábado de un 15%, que se da en especial a la noche. Los principales motivos de llamada son afecciones en las vías aéreas (angina, faringitis), gastroenterocolitis digestiva, síndrome gripal y lumbalgia”, explica Pablo Montes de Oca, gerente de Servicios y Operaciones de Emergencias Sociedad Anónima.

Sobre el total de las llamadas telefónicas que recibió la línea Telesalud de la Fundación para la Salud Mental, en lo que va del año 2013, las consultas por ansiedad y fobias representaron el 38% de las preguntas, mientras que la depresión alcanza el 18%. Y, otra vez, el día de la semana resulta clave: los lunes los pedidos de ayuda aumentan, en este caso, un 30%.

“Gran parte de la fobia a los lunes tiene que ver con las exigencias y el estrés laboral, por lo que los departamentos de Recursos Humanos pueden realizar programas de incentivo (remunerar especialmente el presentismo de los días lunes) o generar espacios para que los empleados puedan distenderse y así mantener el buen ánimo desde el principio y durante toda la semana. Hoy muchas empresas diseñan y aplican programas para reducir el ausentismo especialmente de los días lunes”, comenta Graciela Peyrú, psiquiatra y presidenta de la Fundación para la Salud Mental.



Para poder salir adelante y superar con éxito esta fobia es fundamental reconocer el problema, explicitarlo y buscar ayuda en el entorno más cercano, como así también en los compañeros de trabajo que muchas veces pueden ser testigos privilegiados de esos padecimientos.

“Recomiendo que ante síntomas o dificultades para retomar la actividad semanal, los lunes se planteen la posibilidad de hacer una consulta terapéutica para poder aprovechar este aviso codificado que la mente y el cuerpo envían de que algo no anda bien en la existencia, para revisar, con ayuda terapéutica, la situación en la que viven”, sugiere Yankelevich.

“Una buena autoestima permite dar curso a lo que se piensa, a lo que se desea, enfrentar dificultades, no ser demasiado influenciable por la mirada de los otros, tener sentido del humor y sobrevivir a los fracasos. Permite pedir ayuda, cambiar de opinión, aprender de la experiencia y tener expectativas a futuro”, concluye Hornstein.
 


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