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viernes, 23 de agosto de 2013

DURMIÓ 59 DÍAS SEGUIDOS

Una joven británica llegó a pasar casi dos meses enteros durmiendo debido a un trastorno neurológico llamado Kleine Levin, más conocido como el síndrome de la bella durmiente, una enfermedad que afecta sólo a 1000 personas en el mundo.


La joven, que trabaja en el mundo de la moda en la localidad londinense de Lewisham, en Londres, se sumerge en un trance de sueño y actúa de manera infantil durante las pocas horas del día en que se encuentra despierta y que solo utiliza para poder comer, tomar algo y usar el baño.Imaarl Duprey, de 23 años, natural de Londres, duerme durante días e incluso durante meses y se comporta como si fuera un niño pequeño montando un escándalo. Esto es producto del trastorno neurológico que padece llamado Kleine Levin, conocido mundialmente como síndrome de la bella durmiente, del cual solo 1000 personas en el mundo se ven afectados por esta extraña enfermedad.

Imaarl comentó que este extraño trastorno tuvo un impacto muy fuerte en su familia, que debe sacrificar una gran cantidad de tiempo en cuidarla constantemente. "Mi hermana se vio obligada a perder clases en la universidad y mi madre se toma mucho tiempo fuera del trabajo. Mi estado se convirtió en un castigo para ellos", indicó la joven.

La enfermedad se desarrolló por primera vez en 2008, cuando Imaarl tenía 18 años, y desde entonces la personalidad de Duprey cambió completamente. "Cuando la despierto para que ella pueda ir al baño o comer algo, es una persona completamente diferente, está en otro lugar, como si un niño se apoderara de ella", comentó su madre, Kerry Griffiths, de 46 años.

La primera vez que la joven visitó a su médico por su problema no recibió una respuesta inmediata, sino que desestimaron sus síntomas y le dijeron que todo se debía a un "comportamiento típico de adolescente". Hasta que años más tarde, Imaarl fue diagnosticada correctamente luego de pasar por diferentes análisis que dieron con el trastorno neurológico. "Fue traumático pero necesitaba saber lo que estaba pasando y que me explicaran porque me suceden este tipo de cosas", explicó.

Pese a la difícil tarea que significa para Imaarl asistir a las clases en la universidad, teniendo en cuenta que tuvo que abandonar en reiteradas oportunidades, finalmente logró conseguir la licenciatura en psicología en Goldsmiths, Universidad de Londres. "Es increíble el esfuerzo que hizo para llegar hasta el final, todos estamos muy orgullosos de ella", comentó la madre.

Si bien no existe ninguna cura o tratamiento efectivo para el trastorno de Kleine Levin, Imaarl se mantiene con una actitud positiva. "Puede ser deprimente porque no se puede tener control sobre la situación, pero soy una persona feliz en la vida cotidiana y no voy a permitir que esta enfermedad me derribe", concluyó.












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