A sus 27 años es la gerente de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario de Sincelejo, Sucre. Trabajo que alterna con el modelaje desde hace seis años por iniciativa de un grupo de cirujanos plásticos. Es ganadora de varios concursos como el Top Cinco del Bisturí donde compitió con Lady Noriega, Marbelle, Tatiana de los Ríos y Natalia Paris. También ha sido destacada por Latina Magazine, Modeloscolombianas.com y fue invitada a contar su historia en un programa del canal NatGeo.
No paga por las cirugías porque es la imagen o modelo de la clínica donde la operan en Bogotá. Solo compra los implantes. El trabajo del médico, la clínica y el quirófano es gratis. Sugiere siempre acudir a manos reconocidas. “No hay que tener miedo. Si es para morir uno, uno muere sentado. El día que a uno le toca, le toca”, asegura.
Dice que las cirugías han cambiado su vida para bien. Su autoestima ha mejorado y se convirtió en una especie de celebridad. Conduce una camioneta de alta gama con vidrios oscuros y sus fanáticos suelen pedirle autógrafos y fotografías. Sale poco a la calle. También aprendió a pensar solo en ella.
Luego de terminar la carrera de medicina en la Universidad de la Sabana de Bogotá, Yenis, de 1.70 centímetros de estatura, decidió entrar al quirófano por primera vez. Su motivación fue la vanidad. Pesaba ochenta kilos y tenía 19 años. Las primeras cirugías fueron una liposescultura con la que rebajó 20 kilos y un aumento de senos con implantes de 400 gramos.
“Me sentí divina. Seis meses después fue a mi pueblo (Montería) y nadie me reconocía. Me preguntaban ‘¿Qué me había hecho?’ ‘¿Quién era?’”, dice Yenis, quien en la actualidad pesa 55 kilos.
Seis meses después, su cirujano de cabecera, Yesid Martínez, quiso verla más voluptuosa. Para él le hacían falta unos centímetros de más en el busto y de trasero. Además, quería retocarle la nariz. Los implantes de seno quedaron de 600 gramos, la cola fue rellenada con ácido hialurónico y la nariz comenzó a afinarse. Al mismo tiempo, Yenis siguió estudiando, hizo tres especializaciones relacionadas con la administración y gerencia en el sector de la salud.
Después de esos cambios físicos llegaron los primeros contratos de modelaje e invitaciones a concursos de belleza. Se vinculó a una agencia de modelos de la Costa llamada Elia Models. Allí fue contratada para hacer calendarios (siete en total) y ser la imagen de diferentes centros de estética de Montería y Sincelejo.
Pero toda adicción tiene sus consecuencias. En el caso de Yenis tolerar el dolor, quedarse en cama por 20 o 25 días sin moverse y el posoperatorio, ha sido lo más difícil o cruel, como ella misma lo dice.
Hace siete meses tuvo su peor experiencia luego de retirarse el ácido hialurónico del trasero para prevenir complicaciones y ponerse el implante de silicona más grande que existe. Llevaba dos años sin entrar al quirófano. Fue una situación desesperante porque demoró dos horas en volver a sentir sus piernas.
“Mi última recuperación del implante de cola fue muy dolorosa y delicada. Es una cirugía que cuesta mucho. Empezando porque no puedes sentarte durante 20 días, tienes que comer de rodillas. Ha sido la más dolorosa junto a la marcación de abdominales. La sentí pese a que estaba con anestesia general y aunque tolero mucho el dolor, con el paso de los días fue más difícil.
En el momento uno dice: "no voy más al quirófano". Se me había olvidado el dolor porque las ganas siempre están. Entre más te operas más quieres. La gente pregunta pero si no necesitas más nada y sí necesitas porque la edad y el tiempo van pasando y por lógica todo va decayendo”.
Es una mujer muy católica y considera que Dios sería el único que la detendría en su gusto por las cirugías. “Yo estoy dispuesta, yo me lo hago. Uno se vuelve adicto a eso. Si no me morí ya no me muero”.
El objetivo de Yenis con las cirugías es encantar y llamar la atención. Aunque va a su trabajo sin maquillaje, vestida con uniforme de médico y tenis, el pelo recogido y escondido debajo de un gorro y usando tapabocas; aprovecha el fin de semana para vestirse de manera llamativa.
Tiene tres closets distribuidos en: ropa deportiva, de playa y calle. Asegura que mucha de su ropa es exclusiva, le gustan los vestidos cortos y los diseños donde pueda mostrar su abdomen marcado y el busto. También es adicta a los tacones de 18 centímetros, gafas de sol y accesorios extravagantes. Tiene extensiones en el pelo y lo tiene tan largo que le sobrepasa la cola. En la actualidad las curvas de su cuerpo miden: 110, 59 y 120.
Entre sus cuidados diarios está una alimentación estricta y rutina de cuidado. Desayuna con jugo de uva para desintoxicar el cuerpo y un plato de fruta, toma mucho líquido durante el día, almuerza con porciones grandes de proteína y harina y en la noche solo se toma una malteada especial. Además practica Yoga y Kick Boxing y a diario se hace un masaje corporal. No trasnocha y poco le gusta la fiesta.
Sobre el amor dice “es fácil conseguirlo, pero difícil mantenerlo. Después de que ellos se encarretan y ven la cantidad de seguidores, pretendientes y fanáticos, eso les empieza a dar duro y se sienten inseguros. Entonces se ponen cansones, me toca abrirme y prefiero ir sola”. Solo se ha enamorado dos veces y su relación más larga ha sido de seis años.
La única cirugía que le hace falta a Yenis es la reconstrucción vaginal para “quedar señorita”. Pero tiene muchas dudas porque “una mujer costeña es muy caliente. Entonces eso me privaría de tener relaciones sexuales más de un mes y sinceramente yo no puedo aguantar ese tiempo”.
Yenis, recuerda que a los 18 años era gorda, “maciza” por cuestiones de genética. Comenta que su mamá y tías son caderonas. Era talla 14 de pantalón. “Cuando veo a una mujer de esa talla me parece increíble. No sé que me da –dice con un poco de angustia–. Prefiero hacer todos los sacrificios con tal de mantenerme así”.
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