Por su parte, Ronald Strong, de 50 años de edad, dijo que no había tenido la intensión de dejar el sanitario público en esas lamentables condiciones. Strong explicó que su medicamento para el corazón provocó que se hiciera popo en los pantalones, por lo que entró rápidamente al cuarto de baño para limpiarse, pero estaba tan avergonzado que no se dio cuenta del desastre que dejaba a su paso.
Aunque uno de los jueces apoyó la libertad de Strong, pues para el no había vandalismo deliberado, la mayoría de ellos pensó que no había razón por la que todo el baño fuera ensuciado. Entonces la corte decidió mandarlo una semana a la cárcel.
De corazón y por su bien, esperemos que en prisión, Strong no tenga un nuevo ataque de diarrea, pues ahí no habrá para donde correr.
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